NUEVO RÉCORD MUNDIAL DE VELOCIDAD EN BIPLAZA
Published on:
31 Mar 2024
Michel Macquet (Titi) y su esposa Blandine Macquet acaban de batir en Kerio Valley, Kenia, el récord mundial de ida y vuelta de 100 km en biplaza, con una velocidad de 34,9 km/h.
Él nos lo cuenta:
"El pasado noviembre, fui a visitar a Honorin para vernos unos días. Durante el fin de semana le comenté mi plan de volver a competir. Ya han pasado 10 años desde que dejé de volar en la PWC.
Mientras charlábamos sobre ello, me dijo que habría una pre-PWC en Kenia en enero, y que algunos amigos nuestros iban a ir, así que empecé a pensármelo...
Tras hablarlo con mi esposa, decidí inscribirme, para ver dónde seguía yo en cuanto a nivel de vuelo en competiciones y quizás obtener un resultado que me permitiera volver a volar pruebas de la Copa del Mundo.
Así que le pregunté a mi esposa si querría reunirse allí conmigo allí después de la competición.
Estudiando el mapa de Kenia y los vuelos de distancia hechos en ese país, vi que no muy lejos de donde tendría lugar la competición, estaba el famoso Kerio Valley, conocido por sus largos vuelos de ida y vuelta. Es como el Macizo de la Chartreuse en Francia, pero en XXL...
Entonces me dije "¿por qué no intentar batir un récord en biplaza con mi esposa después de la competición?". Podríamos intentar batir récords tanto de distancia como de velocidad.
¡Lo único que nos faltaba era el biplaza!
Por suerte, Honorin dijo rápidamente que sí y me prestó una Swift Max con la que se habían hecho algunos récords.
La competición fue bien a pesar de las limitaciones del espacio aéreo, y tras 6 mangas en un magnífico terreno de juego, acabé 3º en la general, lo que me permitió cumplir uno de mis objetivos: una carta que me permitirá volver a la volar en la Copa del Mundo en 2025.
Mi esposa llegó dos días antes de que acabara la competición, y luego emprendimos nuestro viaje a Kerio Valley para nuestro 2º objetivo.
Tendríamos que optimizar el tiempo que estaríamos allí y estar muy atentos, pues sólo tendríamos 3 tentativas.
Tras dos intentos fallidos, sólo nos quedaba un día, ya que estábamos llegando a la fecha límite y la previsión para los días siguientes era demasiado ventosa. Así que nos centramos en el récord de velocidad.
Al llegar al despegue, ya había algo de viento y por suerte perpendicular a la cresta, con lo que la cosa pintaba bien, ya que no había riesgo de volar contra el viento durante nuestro primer tramo hacia el norte.
En el despegue estuvimos rodeados de lugareños, y pagamos nuestra cuota de acceso con caramelos y pasteles.
Puse la primera baliza no muy lejos del despegue y al salir del cilindro solté los trimmers, puse la Swift Max a la máxima velocidad y ¡empezamos una carrera contrarreloj!
Vimos cómo pasaban rápidamente los kilómetros camino a la siguiente baliza, a 50,6 km.
Sobrevolamos paisajes preciosos y saludábamos con la mano a todos a quienes veíamos, porque para este tipo de récord no se puede perder tiempo girando térmicas.
Esto significaba que a menudo íbamos cerca del terreno, por lo que la sensación de velocidad estaba siempre presente y no había margen para el error. Correr un exceso de riesgo quedaba descartado.
Cuando llevámabos 40 km, nos topamos con algo de viento norte, lo que nos obligó a reducir la velocidad y a girar térmicas, aunque eso significara retroceder por la deriva. Pero lo importante era mantenernos altos para poder cubrir distancia. Nuestra media horaria se redujo de manera notoria, pero aún así peleamos durante los últimos 10 km para llegar a la baliza optimizando al máximo nuestra altura.
Una vez alcanzado el punto de giro, llegó el momento de dar la vuelta.
Entonces el viento nos ayudaba, lo que nos vino bien para recuperar un poco el tiempo perdido en la ida, pero el problema entonces fue que, como el viento había cambiado, la ascendencia en ciertas zonas era diferente.
Lo íbamos haciendo lo mejor que podíamos, buscando cualquier señal que nos permitiera leer el terreno que teníamos delante. Todos nuestros sentidos estaban alerta.
La meta estaba cada vez más cerca, sólo quedaban 7 km, luego 5 km, 3, 2, 1 y el reloj se paró. ¡¡Había conseguido mi segundo objetivo y con mi esposa!! ¡La vida no podía ser mejor!
Dejamos el país con un montón de buenos recuerdos y, sobre todo, gran cantidad de momentos compartidos en pareja o entre amigos.
Doy las gracias especialmente a OZONE, JENNIFAIR, DURIGNEUX SAS MULTIPOSES, CREA STB, Honorin, Charles Cazaux y a mi esposa".
Sigue las aventuras de Titi en @titi_macquet_paragliding_pilot
Enhorabuena y saludos de todo el equipo Ozone.