Charles Cazaux establece un nuevo récord de distancia en Australia
Published on:
04 Jan 2016
Charles nos relata su récord de distancia en Australia:
Tras unos cuantos meses pensando en ese vuelo y depués de varios días esperando las condiciones adecuadas, por fin lo hice realidad, pero de la manera más extraña...
Son las 10:30 am y me están remolcando con el torno cuando de pronto ¡la línea se rompe! La línea de arrastre y el pequeño paracaídas de ésta siguen atados a mí, así que paso volando por encima del equipo de tierra y los dejo caer. Con la altura que me queda, vuelo de inmediato a sotavento de una hilera de árboles a lo largo del río, para hacer lo posible por mantenerme en el aire. Encuentro un poco de ascendencia y continúo persiguiendo térmicas ayudándome de las sombras de las nubes.
Al cabo de tres horas y media apenas he cubierto 100 kilómetros. Las ascendencias son flojas y el viento débil. Mis esperanzas de un nuevo récord antes de regresar a casa comienzan a desvanecerse.
Pero hasta que no tocamos el suelo la cosa nunca ha acabado, así que sigo volando, teniéndome que remontar casi desde el suelo en numerosas ocasiones. Cada vez que pillo una ascendencia decente, necesito ser rápido y planear hasta la que pienso que será la próxima fuente de ascendencia. La mayoría de mis transiciones están acabando cerca del suelo y sobre terreno agreste, con remolinos de polvo a mi alrededor; tengo que mantener la concentración y conservar mi nivel de energía.
De pronto, noto un ligero aumento en mi velocidad media, y mis esperanzas también aumentan. Cuando alcanzo la marca de 200 kilómetros, identifico el terreno que tengo por delante, del primer vuelo que hice junto a Seiko, y sé que de ahora en adelante debo volar más alto, puesto que los siguientes 200 kilómetros serán sobre una zona boscosa de árboles altos que únicamente tienen carreteras estrechas entre ellos.
Me acerco a ese inmenso bosque al tiempo que mantengo un ojo en los bonitos cúmulos que se están formando encima y ¡bingo!, pincho una buena térmica, encuentro mi línea y me pongo en modo carrera. Acelerando a tope, ignorando todas las ascendencias que sean de menos de 2,5 m/s, y bien atento a no perder la onda. ¡VAMOS! ¡VAMOS! ¡VAMOS! Alcanzo velocidades sobre el suelo de 100 km/h en el aire que hay entre térmica y térmica. La fábrica de sueños se pone en marcha y me invade la sensación de que este vuelo va a ser de los grandes. Mi velocidad media asciende a los 60 km/h, ¡una mejora enorme!
Alcanzo los 400 kilómetros y todavía queda lejos la puesta de sol, pero las condiciones comienzan a aflojar y tengo que elegir entre seguir por la carretera con el viento de costado o volar viento en cola adentrándome en terreno salvaje para hacer más distancia. La respuesta es inmediata: ¡viento en cola!
Veo unas cuantas granjas en el horizonte y espero aterrizar cerca de algún punto civilizado. A esta hora del día, planear con mi EnZo 2 es una sensacion fantástica. A las 20:30 aterrizo por fin en una pista de tierra entre eucaliptus, tras establecer un nuevo récord del mundo de distancia sobre tres puntos de paso, con 476 kilómetros, y el récord australiano de distancia abierta con unos 450 kilómetros. ¡Estoy eufórico con este alocado vuelo!
Recojo mi vela la más deprisa que puedo, cuando el sol ya se oculta tras el horizonte. La oscuridad me encuentra caminando bajo un cielo despejado y lleno de estrellas que acompañan mi marcha. Lo único que puedo ver en esta noche oscura es una carretera interminable delante de mí.
De pronto, esta pacífica noche se ve rota por un coche que se acerca. Con fuerte acento australiano, su conductor me pregunta que si quiero que me lleve. ¡Por supuesto!
Fue un vuelo asombroso, con condiciones apenas decentes. No alcanzo a imaginar lo que puede ser este sitio en un día cañón. Deniliquin, ya me marcho pronto, pero prometo que volveré.
-Charles Cazaux