El impresionante paisaje de Castelo, con enormes domos de granito rodeados de montañas y cascadas, lo convierte en uno de los lugares más bellos del mundo en el que volar.Su compleja aerología, influida por la brisa marina, le confiere un interés añadido y ofrece un terreno de juego aéreo técnico y desafiante.

El que la Copa del Mundo regresara a Castelo y al valle de Ubá debería haberse producido hace tiempo. Allí ya se han celebrado cuatro competiciones de gran éxito, en los años 2006, 2008, 2012 y 2016. En 2012 ganaron Yann Martail y Emanuelle Zufferey. ¿Habría un cambio completo en los primeros puestos o veríamos más de lo mismo por parte de dos de los pilotos más constantes y veteranos del mundo?

Honorin Hamard, flamante vencedor de la Super Final celebrada en México en diciembre, también tomaba parte en esta competición. Baptiste Lambert, tercero en la Super Final, con tres victorias ya en la Copa del Mundo, podría ponerle realmente difícil a Honorin el reto de que este ganara su séptima Copa del Mundo. Sin embargo, esta vez la batalla no iba a reducirse únicamente a pilotos franceses. Los punteros pilotos brasileños Rafael Saladini, Luciano Horn y Gilmar Couto, también tenían auténticas probabilidades de hacerse con el primer puesto en un lugar y con unas condiciones que todos ellos conocen muy bien. Sin olvidar al joven prodigio brasileño Caio Buzzarello, de 21 años.

La pelea por el podium femenino también podría ser un duelo franco-brasileño, con Meryl Delferriere y Marcella Uchoa como claras favoritas. Pero también iba a haber muchas otras pilotos con gran experiencia. Violeta Jiménez, tercera en la general del Monarca Open de este año, estaría al igual que Meryl y Marcella con la vista puesta en un buen puesto en la general absoluta. ¡Andad con cuidado, chavales!

Mucho respeto también merece el legendario Pepe Malecki, quien en Castelo tomaba parte en su 99ª prueba de la Copa del Mundo.

Con 18 pilotos AA entre los inscritos, lo único que era seguro era que iba a ser una competición muy disputada.

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Fotos cortesía de PWCA / Ulric Jessop