David Dagault: ¡Vuelo récord con el Baby HPP!
Published on:
21 Aug 2009
Fue una semana de tiempo sorprendentemente bueno en los Alpes, con techos altísimos y vientos relativamente flojos. El 20 de agosto, el diseñador y principal piloto de pruebas de Ozone David Dagault voló desde el Col de Bleyne, cerca de su casa en Francia, hasta Sion, Suiza, donde aterrizó 9 horas y 40 minutos después de haber despegado y tras volar 333 kilómetros. Afortunadamente, a Dav se le ocurrió llevar el pasaporte encima cuando preparó su material de vuelo esa mañana  El vuelo de Dav supone un nuevo récord francés y también sea posiblemente el vuelo más largo realizado en montaña hasta la fecha. Todo su vuelo, desde el comienzo hasta el final, tuvo lugar sobre terreno alpino, atravesando cumbres de hasta 4.000 metros. Dav voló con el Baby HPP y su velocidad media fue de 35 km/h. Su altitud máxima fue de 4.190 metros y llegó a subir a 9,6 metros por segundo. El propio Dav nos lo cuenta: «El vuelo podría contarse por partes: primero, currar de lo lindo en aire estable y tener que ir tomando decisiones técnicas para encontrar la mejor ruta desde Bleyne a Estrop. Luego, las condiciones se pusieron más fáciles a lo largo de Dormillouse y para cruzar el lago de Serre Ponçon… y entonces la cosa se puso aún mejor a medida que volaba hacia el noroeste. El clímax del vuelo fue encontrar condiciones de ensueño con un techo de 4.190 metros en una térmica de 9,7 m/s sobre Coiro (cerca de La Mure). Luego me mantuve entre 3.500 y 4.200 metros todo el trayecto a lo largo del macizo de la Belledone. Iba tan alto y planeando tan bien que la Belledone me parecía una colinita. Es de lo más raro sobrevolar esta zona con tanta facilidad. Después de eso, regresé a la «realidad» y tuve una auténtica pelea con el aire estable de las capas inferiores. Hube de cambiar mis planes por completo y decidí seguir únicamente las cumbres más altas que pudiera encontrar para tener la esperanza de dar con las pocas térmicas que me permitirían perforar esa capa baja de aire pobre. Así pues, me dirigí más hacia el este y crucé el valle de Maurienne hasta el de Lauziere, y después atravesé la Tarentaise para saltar al hermoso y verde valle de Beaufort. Ya iba en modo supervivencia, saltando de una cumbre a la siguiente, con ganancias de apenas unos pocos cientos de metros en cada paso. Eso resultó duro y tenía la sensación de que mi vuelo podría acabar antes de lo previsto. Pero entonces vi unas nubes preciosas formándose en la vertiente oeste del Mont Blanc. Sabía que si podía ganar altura suficiente en esa zona volvería a entrar en el «aire mágico» un poco más arriba. Mientras hacía ladera sobre el lago Roseland, logré avanzar más hacia el norte y saltar al valle de Contamine. Y con eso, el sueño se hizo realidad. Las grandes caras oeste estaban allí para mí y conseguí atrapar una térmica que fue ganando fuerza a medida que ascendía. Volvía a estar a 3.500 metros a y eran las 7 de la tarde, y el sol ya estaba bajo en las nubes, creando un precioso resplandor anaranjado. Los paredones, los glaciares, todo era como de ensueño. Me encontraba rodeado por las cosas más hermosas que me encantan del vuelo. Pude así avanzar más hacia el norte para rodear el Brevent y regresar luego al valle de Chamonix, estirando al máximo los planeos y feliz de poder ir a aterrizar tan lejos. Pero iba con el Baby HPP y, aunque entonces no lo sabía, mi vuelo aún no había acabado . Eran las 7:30 pm y me encontraba 200 metros por encima del suelo sobre el Col des Montets (frontera franco-suiza) cuando me llevé una sorpresa fantástica. No era más que una pompita, pero decidí girarla y… ¡me puso a 2.500 metros! Ganar altura en una ascendencia así sólo fue posible gracias a la bajísima tasa de caída del Baby HPP, y me dije: «Martigny, ¡allá voy!». Desde allí el vuelo fue básicamente en línea recta. Empujado por el viento sur y la poderosa brisa del valle del Rhone, planeé durante lo que me pareció una eternidad hasta que tomé justo pasado Sion a las 8:10 pm. Estaba feliz, cansado y con la cabeza llena de momentos indescriptibles de este vuelo. Y ¿quién iba a creer que estaría de vuelta en casa a las 9:30 de la mañana siguiente? Gracias a lo bien que funciona la red ferroviaria en Suiza, a media noche estaba en el aeropuerto de Ginebra desde donde tomé el primer vuelo a Niza a la mañana siguiente.» El enlace para ver el vuelo de Dav en la Copa Francesa de Distancia es: http://parapente.ffvl.fr/cfd/liste/2008/vol/3968
¡Enhorabuena por este vuelo tan increíble Dav!