

Emilia Plak y Mathieu Rouanet en Myanmar
Published on:
21 Apr 2014
En diciembre de 2013, los pilotos del equip Ozone de paramotor, Mathieu Rouanet y Emilia Plak, visitaron Myanmar, donde volaron en algunas zonas preciosas, entre ellas los mundialmente famosos templos de Bagan, una antigua ciudad ubicada en la región de Mandalay. Bagan se hizo famoso en la película «Samsara».
Emilia nos cuenta:
Mathieu y yo fuimos a Myanmar para ser los primeros pilotos en volar en paramotor en ese país y sobrevolar con permiso los templos de Bagan. Fuimos invitados por Hervé Flejo, un francés que ha vivido en Myanmar más de 20 años y es un apasionado piloto de ultraligero. Él nos lo organizó todo: hoteles, transporte y autorización para volar.
El país me sorprendió desde el comienzo de nuestro viaje, por el paisaje y por sus gentes, amables y sonrientes. Estuvimos viajando 10 días, partiendo desde Yangon y visitando el escénico lago Inle, donde hicimos nuestros primeros vuelos. El objetivo principal era volar sobre Bagan. Llegamos allí por la tarde y encontramos fácilmente un sitio desde el que despegar, lo que hicimos ese mismo día al atadecer. Recuerdo muy bien ese momento cuando, por vez primera, vimos los templos de Bagan desde el aire. ¡Que vista tan sobrecogedora! Allí hicimos 3 o 4 vuelos y durante uno de ellos aterrizamos en una isla en el centro del río. Yo no pude volver a despegar, pero por suerte llegó gente de allí y me llevaron en un pequeño bote a tierra firme. Explicarles dónde debían llevarme supuso todo un reto, pues no hablaban una sola palabra de inglés.
Para mí, el vuelo más memorable fue un biplaza con Mathieu una mañana, sobre Bagan, junto a 10 globos aerostáticos. Sin duda fue uno de los vuelos en paramotor más hermosos que haya hecho jamás.
Myanmar no es un país que resulte fácil visitar con un paramotor. Sigue estando bajo control militar y te pueden arrestar si vuelas sin permiso. Espero regresar allí algún día para volar en sitios diferentes y para descubrir más cosas sobre esa hermosa cultura y gente amable.
A Mathieu y a mí nos gustaría agradecer a Hervé Flejo el haber hecho posible esta maravillosa aventura.
Aquí hay un vídeo de nuestro breve viaje: