¡La piloto argentina Lorena Pérez voló 335 km en 5,5 horas de vuelo!
Published on:
28 Nov 2023
El domingo 10 de septiembre, Lorena despegó de Los Laureles, un pequeño pueblo sobre la Route 1 (Santa Fe), y aterrizó cerca de Cañada Rosquín (Santa Fe).
La propia Lorena nos lo cuenta: "¡Una aventura increíble! Volé con mi motor Atom 80 y mi vela Ozone Roadster 3. El día comenzó con niebla en el despegue, pero a medida que pasaba el tiempo se fue despejando hasta acabardejando al descubierto unas vistas impresionantes.
Cuando llevaba alrededor de una hora de vuelo, tuve un pequeño problema técnico al intentar pasar combustible desde mi botella. Pero no pasó nada, pues improvisé y usando una pera de goma para ir pasando poco a poco combustible de las garrafas auxiliares al depósito principal. El vuelo a veces estuvo un poco movido, pues volaba unos 200 metros por encima del terreno, pero mi fiel vela se mantuvo sólida como una roca y no tuve ninguna plegada. Mantuve los trimmers sueltos durante todo el vuelo.
El viento iba cambiando y yendo a más, mientras yo navegaba con elegancia sobre campos pintorescos, siempre con un lugar aterrizable al alcance. Entonces, a las 17:30, el motor se paró definitivamente, pues había gastado hasta la última gota de combustible. Planeé para aterrizar en un hermoso campo de trigo junto a una carretera rural. Por suerte tenía cobertura, así que envié rápidamente mi ubicación para que viniera a recogerme. La recogida llego en ¡apenas 16 minutos! Fue un final impecable para una aventura extraordinaria.
En general, fue un vuelo inolvidable, y no podría estar más contenta de cómo salió todo".
¡Enhorabuena y saludos de todo el equipo Ozone!
¡La piloto argentina Lorena Pérez voló 335 km en 5,5 horas de vuelo!
El domingo 10 de septiembre, Lorena despegó de Los Laureles, un pequeño pueblo sobre la Route 1 (Santa Fe), y aterrizó cerca de Cañada Rosquín (Santa Fe).
La propia Lorena nos lo cuenta: "¡Una aventura increíble! Volé con mi motor Atom 80 y mi vela Ozone Roadster 3. El día comenzó con niebla en el despegue, pero a medida que pasaba el tiempo se fue despejando hasta acabardejando al descubierto unas vistas impresionantes.
Cuando llevaba alrededor de una hora de vuelo, tuve un pequeño problema técnico al intentar pasar combustible desde mi botella. Pero no pasó nada, pues improvisé y usando una pera de goma para ir pasando poco a poco combustible de las garrafas auxiliares al depósito principal. El vuelo a veces estuvo un poco movido, pues volaba unos 200 metros por encima del terreno, pero mi fiel vela se mantuvo sólida como una roca y no tuve ninguna plegada. Mantuve los trimmers sueltos durante todo el vuelo.
El viento iba cambiando y yendo a más, mientras yo navegaba con elegancia sobre campos pintorescos, siempre con un lugar aterrizable al alcance. Entonces, a las 17:30, el motor se paró definitivamente, pues había gastado hasta la última gota de combustible. Planeé para aterrizar en un hermoso campo de trigo junto a una carretera rural. Por suerte tenía cobertura, así que envié rápidamente mi ubicación para que viniera a recogerme. La recogida llego en ¡apenas 16 minutos! Fue un final impecable para una aventura extraordinaria.
Había consumido 28 litros de combustible, alrededor de un 20% más de lo habitual. Ahora estoy investigando el problema de carburación que hizo que el consumo de combustible fuera mayor.
En general, fue un vuelo inolvidable, y no podría estar más contenta de cómo salió todo".
¡Enhorabuena y saludos de todo el equipo Ozone!